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Crónicas de la Justicia

La Corte

«Con Rosenkrantz se avasallan los intereses del pueblo»

Luego de la asunción de Carlos Rosenkrantz como presidente del alto tribunal, varios especialistas, como Eduardo Barcesat, pusieron la lupa en el análisis de sus antecedentes y de sus nexos con el poder político actual. En medio de fuertes controversias y una denuncia penal en su contra, el nuevo líder de la Corte Suprema acumula un rechazo de organismos de derechos humanos y de prestigiosos juristas nacionales. ¿Cuál será el rumbo de su presidencia?

Por: Perycia
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“Para ser verdaderamente independiente un juez debe ser independiente de sí mismo”, dijo el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, en su primer discurso público desde su asunción al frente del tribunal supremo. En diálogo con Perycia, el abogado constitucionalista Eduardo Barcesat, consideró «un disparate» ese «ejercicio declamatorio de independencia» y consideró, por el contrario, que Rosenkrantz «representa un perfil de la Corte que es la de profundizar el avasallamiento de los intereses del pueblo».

En medio de la grave interna suscitada en la Corte Suprema tras su asunción, en las últimas horas se conoció otro hecho: la justicia federal recibió una denuncia penal contra el presidente Carlos Rosenkrantz por abuso de poder y violación de los deberes de funcionario público.

La denuncia es a raíz de la nota enviada  por el ex titular del cuerpo Ricardo Lorenzetti, en la que acusó a su sucesor de malos tratos y de “proponer una suerte de privatización” del Centro de Información Judicial (CIJ). La presentación, radicada por Fernando Miguez, titular de la Fundación por Paz y el Cambio Climático, se centró en las declaraciones que Lorenzetti hizo públicas respecto del accionar de Rosenkrantz sobre las nuevas directivas que habría dado en materia comunicacional de la Corte y sus expresiones que se «apartan de los criterios de respeto», según el ex presidente de la Corte.

Carlos Rosenkrantz

«Estoy juntando firmas para iniciar un juicio político al presidente Macri, a la vicepresidenta, al jefe de Gabinete y a los miembros de esta Corte Suprema por el fracaso económico que perjudica notablemente los derechos de nuestra población -continuó Barcesat-. Es claro que con la nueva presidencia de la Corte vamos de Guatemala a Guatepeor. Rosenkrantz tiene antecedentes vergonzosos, como el fallo del 2 por 1 y como rechazar los fallos de los organismos internacionales por considerarlos no vinculantes».

Y sobre la interna del máximo tribunal, agregó: «Se están sacando las plumas entre ellos, se desvían los temas más importantes. Acá lo que debe entenderse es que ésta es una Corte adicta al poder turno, que defiende el saqueo, que defiende los intereses de las grandes corporaciones y que como poder judicial ha mostrado signos de corrupción como dejar a jueces como Bonadío,  que quebrantan cualquier garantía de proceso y el respeto por la división de poderes. Por otra parte, las estadísticas de la Universidad de San Andrés dicen que la gente sólo confía en un 18 por ciento en la justicia, es un descrédito fenomenal. El derecho que enseñamos en las universidades no es el que está siendo implementado por los tribunales».

A su vez, la abogada y profesora de la UNLP, Analía Eliades, dijo que si hay algo que el nuevo presidente de la Corte no puede alegar, es su posición de independencia. «Es inadmisible su foto con Bonadío y con el juez Moro de Brasil. Eso es un signo por  tomar partido, es un mensaje de apoyo y un grave síntoma de correspondencia política, casi a la altura de la corte adicta de Menem».

Para Elíades, lo que se pone en juego con su figura es «peligroso» para la justicia nacional. «Si uno estudia sus antecedentes, notará un perfil que va desde la defensa de las grandes corporaciones a ser un firmante de la escandalosa ley del 2 por 1. Luego hay que tener en cuenta cómo llegó a la Corte, en un proceso irregular y fuera de un marco constitucional. Y por último su desprecio por los fallos internacionales. En mi caso represento al ex juez Luis Arias y no tenemos ninguna expectativa con la recepción de un recurso extraordinario en su tribunal. Entonces no nos queda otra que ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero ahí también tenemos el problema que no sólo tarda en resolverse -por el caso de Milagro Sala hay dos recursos pendientes de respuesta- sino que su postura es no atender la voz de los organismos exteriores para hacer una defensa de la corporación local».