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Semana del 8M: Lucha feminista

Higui de Jesús: «Aprendí a conocer mis derechos en la lucha»

A pocos meses del juicio, Perycia conversó con Higui de Jesús, la joven que estuvo presa ocho meses por defenderse de una patota de varones que la atacó e intentó violarla por ser lesbiana. Acusada de homicidio simple sin que se tomara en cuenta su testimonio, es un caso que podría presentar un antecedente histórico de lesbo-odio. En medio de un partido de fútbol con sus compañeras, Higui dice que la criminalizan por “negra, pobre y lesbiana”, pero que ya aprendió “a tener derechos”. Hoy es el día de la Visibilidad Lésbica y habrá movilizaciones por su absolución.

Por: Ulises Rojas
Foto: Nicolás Freda
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Publicada: 7/03/19

Las luces encandilan las camisetas de Norita Fútbol Club: un grupo de mujeres se prepara para jugar la final del torneo de fútbol femenino y feminista llamado “Nosotras Jugamos”. Es martes de carnaval. Higui de Jesús se acerca del montón. “Higui todavía no llegó”, expresa con una sonrisa pícara mientras sus compañeras se preparan para el partido. Ni el calor, ni las más de tres horas de viaje que hizo desde su barrio hasta Capital Federal, detienen a Higui. Se sienta en el fondo del predio de las canchas de fútbol 5. Habla tímidamente. «El fútbol me hace bien, es un cable a tierra para mí”, dice mientras se toca su pulsera de Boca Juniors. Tiene también un collar de una pelota de fútbol y un aro con forma de tijera.

“Tengo miedo, yo estaba acostumbrada, como la mujer golpeada que está acostumbrada a los golpes a los maltratos, ya estás acostumbrada. El encierro me hizo mucho mal y ahora como que pienso en eso y me quedo ahí, mal”. Dice que ahora, sin embargo, no se siente sola: “Cuando me junto con las pibas, cuando hablo con las chicas, me hacen de psicóloga, me llenan de energía, me dicen que todo va a ir bien, yo creo en las pibas. Si estoy afuera es por ellas”.

“Chonga futbolera”, “Machona” desde pequeña, la espera del juicio la inquieta. “Yo por negra, por pobre, por lesbiana, me quedaba adentro. Conocí un montón de pibas que están adentro por ser pobres, cuando esas pibas deberían estar afuera”, dice con su voz, que se pone cada vez más aguda.

“Te vamos a hacer mujer”

“El mes pasado nos llegó la notificación de que cambiaron la fecha del juicio para el 3,4, 5 y 6 de julio”, expresó a Perycia su defensora, Gabriela Conder, integrante de La gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina. El debate se llevará a cabo en el Tribunal Oral Nro 7 de San Martín donde se definirá el destino de Higui de Jesús, de 44 años de edad. Desde el 13 de junio de 2017, fecha en que fue liberada del penal de Magdalena tras pasar ocho meses presa, espera el juicio en libertad, después de haber sido ignorada por el fiscal que sólo tomó en cuenta las declaraciones de la familia del atacante. De forma clara y concisa, Gabriela comenta sobre la Gremial y los motivos por los que tomaron el caso de Higui. “Acá se criminaliza a la mujer por defenderse, nosotros queremos a las mujeres vivas. Que el Estado deje de criminalizar a las mujeres por defenderse de sus agresores”.

Higui de Jesús fue atacada el 16 de octubre de 2016 en su barrio Mariló en San Miguel por más de cinco hombres que entre golpes le decían “Te vamos a hacer mujer”. Pretendían una “violación correctiva” pero Higui se defendió. En la defensa hirió de muerte a uno de sus atacantes. “Ella ya venía amenazada por esta gente. Terminó muy golpeada, con todas sus ropas rasgadas. Esto no fue investigado por la fiscalía, que es la que tiene a cargo la investigación. En ningún momento la fiscalía escuchó las palabras de Higui”, dijo la abogada defensora.

La Gremial defendió a presos políticos durante la dictadura militar. Luego, en democracia, patrocinaron la causa de una niña que fue violada por integrantes de gendarmería. Y el caso de Yanina Gonzalez, una mamá cuya pareja había matado a su hija y sin embargo fue criminalizada por abandono de persona seguido de muerte. Yanina fue absuelta. “Podría haber sido otro femicidio más y Higui se defendió”, concluyó Gabriela Conder.

Castigada por defenderse

Más empoderamiento, menos temor. En eso se apoya Higui. De a ratos la llaman para el partido pero les dice que la esperen. Unas lágrimas recorren su rostro. «Cuando estaba ahí adentro no entendía nada. Recién ahora estoy entendiendo. Las pibas me mandaban cartas y me decían ´patriarcado´ y yo no entendía nada. La primera con la que hablé fue con Carolina Abregú, ella me creyó, me escuchó. Ella fue la que hizo visible mi caso”. Carolina Abregú acompaña a mujeres que sufrieron violencia de género a partir de apoyar a su hermana Karina Abregú, víctima de un intento de femicidio por parte de quien fuera su pareja, el 1 de enero de 2014. Higui sigue narrando.“Las pibas también estuvieron desde que yo estaba adentro, hay algunas nuevas ahora pero hay pibas que están desde que tenía dos o tres meses adentro de la cárcel. Se contactaron con mi familia, con mi mamá, con mi hermana”.

Su familia también la acompañó. A lo largo de su vida, Higui recibió mucha violencia por ser lesbiana en el barrio. Le prendieron fuego la casa, la golpearon, la hostigaron. Pero nunca se fue del barrio. Su hermana travesti también sufrió violencia en varias ocasiones por las mismas razones que Higui: ser disidente a la heterosexualidad. “Yo pensaba que había cosas que me merecía por ser así, he tratado de cambiar también por eso. Soy muy creyente y leo la biblia, siempre iba a la iglesia evangélica, y siempre ahí dicen “hombre-mujer-hombre-mujer” intenté cambiar pero cuando estaba con un chabón me sentía re mal y cuando estaba con una mujer me sentía culpable. Ahora estoy en mi eje, ahora sé lo que soy, nunca más con un chabón. Ahora súper lesbiana, me falta la capa nada más”, dice, con una sonrisa cómplice.

 

Campaña por la Absolución de Higui

«La Campaña por la Absolución de Higui» se conformó el 4 de diciembre del 2017. “Todo este tipo de casos uno tiene que militarlo mano a mano, con mucho esfuerzo y es re importante para la persona que lo sufre pero también para todo el colectivo de la disidencia”, expresa Carla, integrante de la campaña.

En el colectivo hay personas autoconvocadas, partidos políticos, organizaciones barriales, organizaciones feministas y medios alternativos de comunicación. “Ella se defendió y debe ser absuelta ya que cualquier persona se defendería para salvar su vida o su integridad física, por ello peleamos por su absolución. No son casos aislados, pasa todo el tiempo. Es una realidad que tiene que ver con el patriarcado», culmina Carla.

Lucha es otra integrante de la campaña y dice que el caso de Higui también le tocó de cerca.“Tiene que ver con ser lesbiana, chonga y pobre. Soy una autoconvocada, me toca mucho el tema y por ello estoy en la mesa, no estoy en ningún partido político. Estamos varias articulando no sólo el cuidado de Higui, también la causa, hacer movidas, flyers. Para mí es importante la visibilidad chonga, como todas las violencias que sufrimos las lesbianas. Yo sufrí una violación correctiva cuando tenía 16 años, me toca muy de cerca, personalmente. Esperamos que la absolución sea un caso ejemplar”.

La Campaña por la Absolución de Higui convoca el 7 de marzo, Día de la Visibilidad Lésbica, a una “Jornada por la absolución de Higui” a partir de las 17 horas frente al Congreso, en Capital Federal.

Súper Higui

Ya es la hora del partido. Higui muestra su arito en forma de tijera que cuelga de su oreja izquierda. Abraza a sus compañeras. “Siempre me postergué por los demás, yo no sabía. Ahora aprendí mucho, de la sociedad que te tiene como soldaditos, siempre me la rebusqué sola. Trabajaba siempre el triple, siempre la esclava, siempre me discriminaban por chonga. Nunca agaché la cabeza. No sabía lo que era tener derechos. No sabía. Ahora aprendí que tengo derecho a tener mi familia propia. Tengo derecho a ser feliz, a respetarme. Yo antes no me respetaba, era un tiro al aire, no le tenía miedo a nada, inconscientemente buscaba la muerte porque nunca era yo, no me dejaba ser yo, no me veía. Y ahora la gente me ve, me respeta, me quiere, me valora. Por ahí sentía un vacío en mi pecho antes, y ahora ya no. Ahora tengo miedo porque quiero vivir. Ahora a luchar, me siento acompañada. Me siento Súper Higui pero tampoco me la creo aunque las pibas me dicen que debería”.