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Crónicas de la Justicia

Contaminadxs

El informe Bidegain: la versión negada por Copetro

El polvo contaminante que desde hace casi 40 años expulsan las chimeneas de la empresa, entra por la ventana, ingresa por la nariz y penetra en los órganos de los vecinos en un perímetro de al menos dos kilómetros y medio. Así lo reveló el geólogo Juan Carlos Bidegain en un informe silenciado desde 2007. En diálogo con Perycia, explica por qué su estudio contradice el fallo judicial que en marzo pasado favoreció a la empresa.

Por: Soledad Iparraguirre
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Los días previos a que se desatara la pandemia que tiene en vilo al mundo, y hartos de respirar hollín contaminante durante treinta y ocho años, vecinos de Berisso y Ensenada cortaron el acceso al Puerto La Plata, centro de operaciones de carga y descarga de Copetro. Es la única planta del país que calcina carbón de coque, proveniente de refinerías YPF, y lo exporta. Como toda respuesta, la empresa brindó un comunicado que deslinda su responsabilidad en la contaminación medioambiental provocada por la densa lluvia de carbón, que todo lo cubre.

Marzo llegó con un revés judicial para los vecinos; la justicia desestimó la contaminación basándose en el supuesto tamaño de las partículas que despide Copetro, aludiendo que son demasiado grandes para ser respirables.

Perycia dialogó con Juan Carlos Bidegain, investigador y geólogo, responsable de un estudio publicado en 2007 realizado en base a muestras tomadas en barrio Campamento, Ensenada. El trabajo confirma la existencia de micro partículas respirables y detecta la presencia de metales pesados.

Juan Carlos Bidegain

Bidegain es geólogo, miembro de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) y doctorado en Master en Geología en Suecia. Brindó cursos, talleres y seminarios. Su paper, invisibilizado en la región, fue publicado en 2010 en la revista científica Environmental Earth Sciencies. En diálogo con Perycia, el experto explica los alcances de su estudio, cuestiona el rol de la ciencia y polemiza con el reciente fallo judicial.

-En 2006 recorrió barrio Campamento y publicó un estudio que detecta la presencia de metales pesados en los domicilios cercanos Copetro. ¿Cómo llega a esos resultados?

-Sí. Fue un estudio controversial. Estaba trabajando en Lemit, un laboratorio de ingenieros, como miembro de la Comisión de Investigaciones Científicas bonaerense. Analizaba los cambios de polaridad que, a partir de sedimentos contaminantes, sirven para detectar cambios climáticos, contaminación medioambiental y cómo esto afecta a la salud en general. Recorrí barrio Campamento, las casas de la gente. Juntaba el carbón que entraba por las rendijas de puertas y ventanas. Recolectamos eso, colocamos un imán y comprobamos, en primera instancia, la emisión magnética.

En Canadá se venían haciendo estudios similares, que muestran la presencia de este material particulado contaminante. Las partículas minerales respirables constituyen un riesgo para la salud de la población y por ello se efectúan programas de monitoreo en distintas partes del mundo. A partir de la técnica de laboratorio de microscopía electrónica y ópticas de barrido notamos la presencia de partículas muy pequeñas. La estructura de este material presenta partículas muy chiquitas que son las que contaminan, ingresan en el organismo y atraviesan órganos. Encontramos plomo, cromo, estaño, cinc.

-¿Qué ocurre con la deriva de estas micro partículas transportadas por los vientos?

-Se desconoce la distancia que pueden viajar estas partículas micrométricas. Pueden ser cientos de kilómetros, y el tamaño de éstas no es un impedimento para que lo hagan. Basta pensar que los sedimentos de La Plata están integrados por partículas de tamaños similares y vienen desde la Cordillera de los Andes. En el estudio, encontramos material micro particulado a dos kilómetros y medio de la planta de Copetro. También hay que tener en cuenta la influencia de los vientos. En el caso de nuestra región, hay una tendencia de que los vientos soplen hacia el lado de La Plata, transportando el material hacia allí.

-¿Qué respuestas tuvo desde el ámbito científico?

-El estudio generó controversias. No recibí apoyo de ninguna institución ni organismo. No ha habido apoyo a nivel institucional, ni de la CIC, ni de la UNLP, ni del CONICET, ni de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Pero no sólo desde las instituciones sino decanos, investigadores. Falta apoyo, presupuesto y recursos. No recibí un centavo para investigar ni tampoco hay convencimiento de que pueda llegar a ser relevante.

Al tiempo de hacer el estudio, supe por los propios vecinos que docentes de Ciencias Naturales y hasta el decano Ricardo Etcheverry habían visitado la zona. Que la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) utilizó un equipo muy costoso para analizar el grado de contaminación y los resultados dieron que todo estaba bien. Yo les digo que no hay que investigar más. La planta tiene que destinar fondos para solucionar el problema y desarrollar la tecnología para el tratamiento de emisiones como corresponde. A partir de ese estudio fui ninguneado, censurado.

¿Conociste a Carrasco? (Se refiere a Andrés Carrasco, científico principal del CONICET, que reveló la alta toxicidad del glifosato, visibilizando las consecuencias del modelo sojero) Carrasco fue censurado cuando presentó su estudio. El mundo científico le cerró las puertas. Murió embroncado, habiendo dedicado tiempo y fuerzas para que todo siga igual. Yo ahora estoy jubilado, pero cansa tanto trabajo para esto. El investigador tiene que estar comprometido, salir a la calle, involucrarse. Hay que cuestionar el papel de la ciencia. De qué sirve sino el conocimiento científico que podamos aportar. Si hablamos de cambio climático, de contaminación global, todos somos culpables. No hay una responsabilidad concreta.

-¿Qué lectura hace del fallo judicial que desestima la presencia de partículas contaminantes?

-Con la mayor humildad debo decir que el único trabajo que permitió ver el tipo y tamaño de partículas, menores a 5 micrómetros, es decir respirables, es el que hice con estudiantes del laboratorio Lemit y la Universidad del Centro de la Provincia, de Tandil. Nosotros mismos nos sorprendimos porque los ingenieros de la institución no podían entender que hubiera partículas magnéticas en el carbón derivado del petróleo. Todo esto a partir de informarme con la bibliografía internacional al respecto y sobre la producción de partículas magnéticas en plantas de producción de carbón a partir de derivados del petróleo. En aquel momento polemicé con la doctora Ronco, de Ciencias Exactas, que insistía en que el tamaño era de 10pm, partículas de micrón. La evidencia de mi estudio deja en claro la existencia de micropartículas, que ingresan en el organismo atravesando órganos, y la presencia de metales pesados. En el estudio publicado mostramos partículas menores a 2,5 micrómetros, perfectamente respirables, y otras que van de los 2,5 a los 10, inhalables. La diferencia es que si estás corriendo al lado de la ruta, a esas las podés tragar. Para incorporar a las más pequeñas no es necesario correr, basta respirar.

El revés de la justicia

Foto Nico Freda

El 18 de febrero pasado, más de tres mil vecinos demandaron a la planta Oxbow–Copetro por contaminación ambiental y presentaron una medida pre–cautelar, exigiendo que la empresa se abstenga de realizar operaciones de carga y descarga en el Puerto La Plata hasta tanto no garantice, con las medidas de protección correspondientes, que no emanará material particulado a la atmósfera ni al agua.

El 4 de marzo el Juzgado Contencioso Administrativo N° 3 dio a conocer el fallo –al que tuvo acceso Perycia– que deja en suspenso dicha pre-cautelar. El fallo, que lleva la firma de Francisco José Terrier levanta y suspende la pre cautelar por no encontrar “elementos de convicción necesaria”, entendiendo que, “las mediciones efectuadas sobre el material particulado respirable demuestran que los valores de ese material en el aire se encuentran por debajo de los niveles de seguridad previstos por las normas aplicables. El fallo alude al tamaño de dicho material, manifestando que “el polvo o material sedimentables se encuentra formado por partículas con diámetros mayores a PM10, las que, por su tamaño, son interceptadas por las vías respiratorias y no pueden penetrar ni ser absorbidas por el cuerpo humano con aptitud para causar un efecto negativo en la salud”. El fallo insta al Centro de Investigaciones del Medio Ambiente, (CIMA) dependiente de la UNLP, a la realización de trabajos periciales correspondientes.

Tras la medida de protesta realizada por los vecinos en la puerta de ingreso a la planta, Copetro lanzó un breve comunicado en el que deslinda toda responsabilidad empresarial, aduciendo la ausencia de potencialidad cancerígena del carbón de petróleo y amparándose en el reciente fallo. La empresa informa que “el carbón de petróleo no causa daños a la salud, no es tóxico, es inerte, indisoluble, no reacciona con el agua, no es biodisponible ni bioacumulable”, y que cuenta con los correspondientes certificados de funcionamiento y Certificados de Aptitud Ambiental (CAA) requeridos desde 1996.

Natalia Penda, vecina judicializada por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible, (OPDS) señaló: “Estamos cansados. Resulta vergonzosa la respuesta de los abogados de Copetro que dicen que nuestro relato raya con la ciencia ficción y que tenemos una imaginación ilimitada”. Nucleados en la Asamblea Vecinos Contaminados Berisso, Ensenada y La Plata, los vecinos se mantienen en pie de guerra frente a la desidia estatal que ampara la continuidad de Copetro, planta categoría 3 – establecimiento considerado peligroso porque constituye un riesgo para la seguridad, salubridad e higiene de la población, según legislación vigente-, en zona urbana.

La lluvia contaminante no se toma cuarentena y los vecinos persisten en el reclamo, a través de denuncias virtuales y por medio de las redes sociales, donde suben videos en los que se ven barriendo cantidades de polvillo que, a diario, encuentran en sus casas. El 26 de marzo, personal de Laboratorio del OPDS realizó un estudio de la calidad del aire en la zona aledaña a la empresa. Los vecinos aún no conocen los resultados del muestreo.

Aunque en su último y breve comunicado la empresa dice ponerse a disposición de los interesados, Perycia sigue queriendo comunicarse con Copetro, sin tener ningún tipo de respuesta.