Nota colaborativa: @revistacitrica @revistaresistencias @lacolectivaradio @revolucionescuela @circulo.ecuador @laretaguardia y familiares y amigues de Luciano Arruga
Foto: Agustina Salinas para el colectivo de medios populares
Publicada 11.11.2021
Cuánto puede un cuerpo, el
cuerpo de un padre que hace ocho meses busca a su hijo desaparecido. Cuántas
veces hay que gritarle a la justicia para que deje de hacerse la sorda. Cómo
lograr que la sociedad entienda que las vidas de las personas trans también
importan.
“Hace dos meses que la causa
está parada. Hace quince días aproximadamente estuve con el Procurador de la
Provincia (Julio Conte Grand). Le llevé mis inquietudes, aunque ya es tarde
para ciertas cosas porque pasaron ocho meses. Al mes me di cuenta -y tengo la
esperanza que así sea- que Tehuel pueda estar viva, pudo haber sido víctima de
una red de trata de personas y esa es la hipótesis por la que más lucho. La
fiscalía siempre la buscó muerta, hizo un rastrillaje tras otro y yo siempre
peleé para que la buscaran viva con la misma intensidad, pero no sucedió. La
alerta naranja la sacaron tres meses después, muy tarde, cuando deberían
haberlo hecho a la semana de su desaparición. Pienso que porque es trans o no
es la hija de alguien importante, el Poder Judicial y la Policía no le prestó
la debida atención y por ese motivo estoy muy enojado”, cuenta Andrés de la
Torre en una entrevista virtual organizada por medios autogestivos.
Tehuel de la Torre, el pibe
trans de 22 años desaparecido, fue visto por última vez el 11 de marzo cuando
se dirigía hacia Alejandro Korn, localidad bonaerense del partido de San
Vicente. Luis Alberto Ramos, de 37 años, es el hombre que lo citó en su casa
por un supuesto trabajo de mesero y hoy es uno de los dos detenidos e imputado
por homicidio en contexto de odio a la identidad de género. El segundo imputado
es Oscar Alfredo Montes, un chatarrero de 46 años que aparece en una foto donde
se ve a los tres juntos (Tehuel, Montes y Ramos) el día en que desapareció
Tehuel. La imagen fue encontrada en el celular de Montes.
En la casa de Ramos encontraron
un pedazo de tela quemada que fue reconocida como la campera de Tehuel y partes
de su celular. La causa, en la que interviene la Unidad Funcional
Descentralizada San Vicente, a cargo de la fiscala Karina Guyot, había
solicitado el cambio de carátula, que hasta el lunes 8 de noviembre era de
búsqueda de paradero. El Juez Martín Rizzo aceptó este martes el pedido y la
nueva acusación contra Ramos y Montes es la de homicidio agravado por odio a la
orientación sexual e identidad de género.
La hipótesis de una red de trata
de personas
Hace ocho meses en nuestro país
hay un pibe trans desaparecido y el pasado 6 de noviembre cuando las calles de
la Ciudad de Buenos Aires se llenaron de orgullo insurrecto fue la memoria
colectiva la que volvió a preguntarse ¿Dónde está Tehuel? a pesar de que no fue
una de las consignas principales de la trigésima marcha del orgullo LGTBIQNB+.
Para Andrés de la Torre la
ausencia de su hijo Tehuel es una herida que se desgarra, sangra y duele todos
los días. Su gran motor es no parar de buscarlo. Tocó todas las puertas:
fiscalías, ministerios, se reunió con funcionarixs, con el Procurador de la
Provincia de Buenos Aires y presentó más de diez escritos ante la justicia con
diversos reclamos. Un camino que se vuelve cada vez más desgastante y agotador
cuando la justicia no solo es lenta sino también indiferente.
Andrés cree que la negativa de
la justicia en avanzar con la hipótesis de que Tehuel podría ser víctima de una
red de trata de personas se debe a “una cuestión que involucra al poder
político, policial, judicial, en eso me tienen que ayudar los medios a difundir
esta hipótesis porque no hicieron nada para buscarla viva”. Adelantó el cambio
de la situación de los dos detenidos -que hasta ayer era falso testimonio y
entorpecimiento- aunque lo que más le interesa es saber dónde está Tehuel. Y
agregó: “La causa tiene más de dos metros de altura pero de qué me sirve si no
sé dónde está Tehuel.”
De la Torre sostiene su
hipótesis a partir de varios indicios y situaciones que llamaron su atención.
El seis de marzo Tehuel le envió un mensaje contándole que el sábado iba a
comenzar con un trabajo de mozo. “Después que Tehuel desapareció, Luciana, su
pareja, me contó que ese día se pinchó y la llamaron de vuelta el jueves por lo
mismo. Yo pienso que no era una entrevista de trabajo, el día sábado no se dio
para llevársela y se dio el jueves. Después no se la pudo encontrar más, la
buscaron por todos lados con un armamento impresionante, pero mira que
casualidad, se olvidaron el celular y la campera media prendida fuego y media
rota en el frente de la casa de Ramos, a la vista de todos. ¿No será para
desviar la investigación? Ese es uno de los tantos indicios, hay otro más
suave, me cambiaron el jefe de la DDI en plena investigación y después los cien
mil pesos que le depositaron a Ramos en su cuenta".
"Hace dos meses más o menos
que se enteraron de esto y todavía no se sabe de dónde vino esa plata. Toda esa
demora cuando es algo que se puede averiguar como mucho en una semana. Yo no
soy tonto, tampoco me las sé todas. No sé de leyes, pero sé de la vida. A mí no
me vengan con los tiempos de la justicia. Tehuel no tiene tiempo. Y por último,
después de ocho meses me llamaron para dar mi teléfono donde está escrito por
WhatsApp lo que Tehuel me escribió en marzo, algo que le dije cien mil veces a
la fiscal y al juez de garantía, al fiscal general, al Procurador. Todo esto me
llama la atención y me hace sospechar”.
La posibilidad de que Tehuel
haya sido víctima de una red de trata le hace pensar que las personas imputadas
hoy en la causa no son las únicas responsables de la desaparición: “Yo creo que
Ramos tenía alguna deuda impagable y vendió a Tehuel para saldar su deuda a alguien
que está en una red de trata y con esa plata pagó su deuda, Ramos andaba en el
negocio de la droga”. Como padre que busca hace meses a su hijo desaparecido,
su cabeza no para de conjeturar cómo se sucedieron las cosas hasta ese 11 de
marzo: “creo que Ramos hizo un trabajo psicológico con Tehuel y la engañó”,
dijo.
La desidia judicial
Esta semana Andrés se reunió con
la fiscal Karina Guyot que le anticipó que habrá novedades en la investigación.
Está previsto que declare un testigo fundamental y nuevamente los dos imputados
Ramos y Montes. No da más detalles para no entorpecer el proceso.
Hace ocho meses Tehuel está
desaparecido. En este tiempo no vimos su foto ni en la televisión, ni en las
estaciones de tren, ni en grandes publicidades. En las calles de Tristán Suárez
los únicos afiches que se ven son los que pegó su familia. ¿Cómo busca el
Estado a una persona desaparecida? ¿La busca?
Andrés reniega sobre cómo
algunos medios "grandes" tratan la búsqueda de Tehuel, se
involucraron para hacer de la causa un show televisivo. “El peor tratamiento
del caso lo tuvo Crónica y Mauro Szeta, al resto les agradezco mucho”. El
Estado y la justicia están buscando un cuerpo, los familiares y amigues buscan
con vida a Tehuel. Se hace hincapié en lo importante que es ejercer presión
sobre la federalización de la causa porque Andrés De la Torre siente que a
Tehuel se lo llevaron.
Ante la desaparición de una
persona se puede presentar un hábeas corpus, recurso legítimo y que cualquiera
puede presentar. Andrés cuenta que la justicia rechazó el hábeas corpus que
presentó alegando que ciertos artículos incompatibilizan el recurso con el caso
de Tehuel. Indignado por la burocracia y el paseo judicial, expresa que al mes
de la detención de Ramos y Montes, la DDI por medio de su equipo de psicólogos
estaban listos para hacerlos declarar, pero el abogado de uno de los detenidos
presentó un recurso que evitó que se expusieran a la indagatoria excusándose
detrás de un hostigamiento psicológico contra los detenidos. "Te das cuenta
que todo, todo está al revés. No están para defendernos a nosotros, las
personas de trabajo y de bien. Las leyes hoy en día son así. Por eso hay tanto
desastre en este país, está mal, todo mal, y yo lo vengo a descubrir ahora por
lo de mi hija pero más o menos me imaginaba que era así y ahora ya lo sé con
más firmeza".
Hoy el papá de Tehuel está sin abogadxs y reprocha la pasividad con la que quien por ese entonces lo representaba hacía omisión a los pedidos que él exigía por escrito: no se sintió escuchado.